CONSEJERÍAS INFORMATIVAS
Caries:
La caries es una enfermedad crónica que se caracteriza por la desmineralización de la estructura dental, iniciando por su capa más externa que se llama “esmalte”.
Si bien son muchos los factores relacionados a su aparición, hay 3 causas muy importantes:
- Alta ingesta de alimentos azucarados, ácidos y/o de consistencia blanda que se “pegan” fácilmente al diente.
- Higiene oral deficiente que favorece la aparición y crecimiento de bacterias cariogénicas.
- Bajo consumo de flúor.
A medida que la lesión de caries avanza, involucra tejidos dentarios más profundos, pudiendo generar dolor, infección e incluso la pérdida precoz del diente.
Caries incipiente:
La caries incipiente o de mancha blanca se ve como una “manchita” blanquecina como “tiza” que nos indica que la lesión de caries está comenzando (se limita solo a la capa externa del diente o “esmalte”), se encuentra en zonas del diente que retienen fácilmente alimento y placa bacteriana.
Este tipo de lesión se puede detener o incluso revertir mediante el correcto uso de flúor y mejora de hábitos de salud oral.
Gingivitis:
La gingivitis es una enfermedad que afecta a las encías que se caracteriza por la inflamación y a veces sangrado de sus tejidos, debido a un acúmulo de placa bacteriana y restos de alimentos en los dientes y otros componentes de la boca.
La gingivitis es reversible mediante una correcta y frecuente higiene oral, de no lograrse, puede progresar a un estado irreversible y afectar al hueso que da soporte a los dientes, lo que se conoce como periodontitis.
Hipoplasia e hipocalcificación dentaria:
La hipoplasia dental es una alteración de la estructura del esmalte (la capa más externa del diente) que presenta una “menor cantidad” de este tejido, lo que la hace más “porosa” y frágil. La hipocalcificación o hipomineralización es un grado más leve, debido a que no se ve afectada la cantidad de tejido, sino que solo a la cantidad/calidad de su mineralización, teniendo un aspecto de “manchitas” blancas opacas — amarillas en la superficie del diente, a diferencia de manchas amarillas-café o como zonas donde el diente se ha “descascarado” como es en las hipoplasias.
Se diferencian de la caries en su textura y brillo, y que suele no estar en zonas del diente que retiene alimento.
Su origen tiene distintas causas donde influyen factores sistémicos, genéticos y ambientales. Lo importante es que es un diente que se considera sano, pero estructuralmente más débil y sensible, por lo que es indispensable mantener una higiene oral excelente, aportes de flúor y controles frecuentes para realizar tratamientos lo más conservadores y oportunos posible.
Existen casos más severos, donde se observan hipoplasias o hipocalcificaciones en al menos un primer molar permanente y a veces los incisivos, lo cual se conoce como Hipomineralización molar incisal. Estos casos suelen tener más sintomatología y dificultad para realizar una correcta higiene.
Dentro de las posibles causas, están factores ambientales ocurridos durante el embarazo (enfermedad, fiebre o consumo de medicamento por parte de la madre), complicaciones durante el parto y primeras horas de vida, enfermedades y consumo de algunos medicamentos durante los primeros 3 años de vida. Todas las situaciones anteriores provocan una baja de oxígeno en el cuerpo que afecta a las células que forman el esmalte, por lo que el tejido se forma es de menor calidad. Aún así, es difícil establecer la causa exacta.
Lo importante es mantener una higiene oral excelente y aportes de flúor oportunos, ya que es una zona de diente más débil, frágil y sensible , siendo también más susceptibles a desarrollar lesiones de caries.
A estos pacientes les recomendamos acudir al odontopediatra lo antes posible para planificar el mejor tratamiento para ellos, el que sin duda se inicia con un enfoque conservador y preventivo que busca preservar la estructura del diente hasta llegar al tratamiento definitivo.
Alteraciones de los frenillos:
Los frenillos son estructuras anatómicas que dan estabilidad y movilidad a labios, lengua y encías. Estos pueden verse alterados de distintas maneras en relación a su posición, longitud o grosor lo que puede o no generar consecuencias en la función que estos cumplen.
Los más comunes son:
- Frenillo lingual corto: Es el frenillo que se encuentra por debajo de la lengua y sirve para que esta realice los correctos movimientos y posiciones durante la deglución, fonoarticulación, succión al amamantar etc.
Cuando el frenillo es corto, pero aun así se logran los movimientos normales de la lengua, se le conoce como“frenillo corto, pero funcional”, si estos movimientos se ven restringidos por tener el frenillo corto se debe evaluar en conjunto con ortodoncistas, fonoaudiólogos y terapéutas ocupacionales y ver la necesidad de un tratamiento quirúrgico simple llamado “Frenectomía sublingual”.
- Frenillo hipertrófico: Se refiere a cuando el frenillo, por lo general el labial superior, se encuentra más grueso y fibroso de lo normal, pudiendo a veces afectar al correcto posicionamiento de los dientes delanteros, favoreciendo que estén “más chuecos” y con falta de espacio.
- Frenillo medio labial transfixiante: Se da en el frenillo medio labial, y se refiere a los casos en que el frenillo se inserta en la encía del paladar (y no por delante como ocurre normalmente).
- Frenillo inserción baja: Sucede en los casos en que el frenillo se inserta cerca de los dientes. Se asocia a dificultad en la realización de la higiene oral, debido a que su posición y forma favorecen a que el tejido sea más sensible, se inflame y también a que se “pase a herir” durante el cepillado.
La conducta general es mantener en control y evaluar junto con un ortodoncista la necesidad de mejorar sus características anatómicas mediante una cirugía simple (Frenectomía). En la mayoría de los casos controlamos hasta que erupcionen los caninos (colmillos) definitivos alrededor de los 9 años, ya que tiende a ser funcional y no ser determinante en alterar directamente la posición dentaria.
Diente Supernumerario:
Un diente supernumerario es la presencia de un diente extra a los que normalmente deben salir, tanto en dientes primarios como permanentes. Por lo general suelen ser de una anatomía “más simple” y más pequeños.
Su aparición se debe controlar en el tiempo y buscar el momento apropiado para realizar la extracción de este.
Agenesia:
Una agenesia quiere decir que uno o más dientes no se formaron dentro de su hueso, por lo tanto hay o habrá menos dientes en boca de los esperados. Esta alteración suele tener antecedentes familiares y no significa un daño en la salud oral o desarrollo general. Es importante controlar para ver su incidencia en el desarrollo de la dentición y/o necesidad de tratamiento de ortodoncia dependiendo de cada caso.
Fusión y Geminación dental:
Ambas se refieren a una alteración en el germen de un diente en formación, originando un diente de apariencia-tamaño extraño que puede ocurrir en dientes antero-inferiores. En el caso de la fusión dentaria vemos menos dientes en boca porque dos gérmenes dentarios se unieron a través de la corona pero no de la raíz; es así como vemos un diente de aspecto más grande y deforme en una boca con menos dientes, pero la radiografía nos muestra que ese diente tiene más raíces. La geminación es totalmente lo contrario, un germen dentario decide dividirse pero no completamente, por lo que vemos que no faltan dientes pero hay uno de apariencia extraña y con un surco marcado, el cual en la radiografía se ve que tiene sólo una raíz.
Dientes Natales:
Se refiere a los casos en que un bebé nace con dientes (dientes natales) o le aparecen entre los 30 días y 3 meses y medio de vida (dientes perinatales).
Por lo general son dientes extras o “supernumerarios”, tienen escaso o nulo desarrollo de la raíz y están unidos a la encía, por lo cual podrían tener movilidad.
La decisión de controlar o extraer el diente neonatal dependerá de si está comprometida la lactancia, el grado de movilidad del diente, el riesgo de aspiración y si se ha producido una lesión en la lengua del bebé (llamada “úlcera de Riga Fede”) o en el pecho de la madre producto del roce con el diente.
Bruxismo:
El bruxismo se define como el apriete involuntario e inconsciente de los dientes y es común que escuchemos a nuestros niños «rechinar los dientes en la noche».
Su aparición está asociada a múltiples causas, siendo las más relevantes el alto consumo de azúcar diaria, consumo de bebidas-té-café, trastornos del sueño (SAHOS: Síndrome de Apnea Hipoapnea Obstructiva del Sueño), trastornos respiratorios y ronquido, consumo de algunos medicamentos, enfermedades y condiciones sistémicas (reflujo, Sd. Down, TEA…etc)), estrés y uso de pantallas. Es importante analizar cada caso en particular para enfocar un tratamiento multidisciplinario centrado en las causas para cada niño.
El bruxismo también se puede ver acompañado de sensibilidad dentaria relacionada a desgaste dentario al apretar/rechinar los dientes. Algunos niños pueden manifestar además dolor muscular en la zona de cabeza y cuello, o dolores de cabeza durante las mañanas. En estos casos te recomendamos contactar a su Odontólogo para evaluar necesidad de tratamiento, estudiar el caso y realizar las derivaciones correspondientes.
Alteraciones de la mordida.
Mordida abierta anterior:
Esto corresponde a una alteración en la manera de ocluir (morder), en donde los dientes anterosuperiores (las “paletas” principalmente) no cubren a los dientes anteroinferiores (“paletas de abajo”) y se genera un espacio.
Sus causas son muchas, por lo general involucra condiciones genéticas o “herencia” (la forma y tamaño de maxilares más propensos a desarrollarla) y sobre todo la presencia de factores ambientales y modificables relacionados a hábitos.
Una de las principales causas de la mordida abierta es el mal hábito de uso de mamadera o chupete prolongado (más allá de los 2-3 años) y la succión digital u otro elemento que se interpone en la boca.
La succión ejerce presión sobre los dientes anteriores y huesos en crecimiento restringiendo su patrón normal de crecimiento, forma e inclinación.
Además genera alteraciones en la posición y movimiento de la lengua al hablar y tragar, dado que tiende a posicionarse en el espacio que queda “abierto” entre los dientes. Esto también se asocia a alteraciones en la postura corporal y respiración entre otros.
Mientras más temprano se elimine el mal hábito es más fácil y posible tanto prevenir como corregir, dentro de lo posible, la presencia y severidad de la mordida abierta.
Mordida Cruzada:
La manera normal de ocluir (morder) es que las muelas y dientes de arriba muerdan por fuera de los de abajo. En las mordidas cruzadas esto ocurre al revés, es decir que las muelas de arriba quedan por dentro de las de abajo.
Esta alteración tiene muy pocas posibilidades de que se corrija de manera espontánea, por lo que recomendamos acudir a un especialista para evaluar que es lo que está originando esta alteración y estudiar alternativas de tratamiento.
Muchas veces se asocia a malos hábitos de succión digital o succión prolongada de mamadera y chupete que restringen el crecimiento del paladar y maxilar, favoreciendo su aparición.
Mordida cubierta:
Es un tipo de oclusión (mordida) donde los incisivos superiores cubren completamente los incisivos inferiores en sentido vertical.
Puede a veces “tocar” la encía y provocar heridas, a largo plazo puede verse acompañado de dolor en las articulaciones y otras alteraciones.
Recomendamos que cuando le erupcionen sus primeros molares definitivos, alrededor de los 6 años acudir a un Ortodoncista para evaluar y planificar un eventual tratamiento.
Mordida invertida y vis a vis:
La manera normal de ocluir (morder) es que las muelas y dientes de arriba muerdan por fuera de los de abajo. En las mordidas invertidas esto ocurre al revés (el diente superior queda por “dentro” del inferior al morder), y en el caso de las mordidas vis a vis, el borde del diente superior coincide con el borde incisal del diente inferior.
Este tipo de mordida suele tener un componente genético (herencia) importante y en otros casos asociarse a malos hábitos de succión o interposición de objetos.
Esta alteración tiene muy pocas posibilidades de que se corrija de manera espontánea, por esto, recomendamos acudir lo antes posible a un especialista (ortodoncista), quien determinará la necesidad de intervenir tempranamente esta alteración.
Overjet aumentado:
El overjet es la distancia en milímetros, en sentido horizontal, entre los dientes superiores e inferiores. Cuando esta distancia está más aumentada es recomendable controlar e ir observando el crecimiento y desarrollo del niño, para así descartar que se esté desarrollando algún tipo de maloclusión o anomalía dentomaxilar y poder derivar de manera oportuna a un especialista si esto fuese necesario.
CONSEJERÍAS PARA MEJORAR/MANTENER SALUD ORAL
Tratamiento úlcera traumática
Es una lesión en la mucosa oral muy dolorosa y enrojecida relacionada a un trauma agudo (ej. mordedura o caida/golpe) o repetitivo (ej. cepillado traumático, irritación). Su resolución es espontánea dentro de 10-14 días y la manejamos de manera local mediante:
- Buena higiene dental (para prevenir que se infecte con bacterias bucales
- Dieta libre de irritantes (ácidos, bebidas, tomate, ketchup, condimentos…etc.) y en trozos pequeños
- Abundante hidratación.
- Uso de antisépticos orales en base a Clorhexidina.
- Uso de regeneradores de tejidos en base a Ácido Hialurónico.
- NO se aconseja el uso de anestésicos tópicos.
Dentro de estas cobra especial importancia la que se origina post tratamiento con anestesia, debido a que al quedar los tejidos “dormidos” y con una “sensación de hinchazón” es muy tentador para los niños jugar, morder ó succionar con mucha fuerza los tejidos anestesiados (como lengua, labio y cara interna de las mejillas). Esto genera como consecuencia una úlcera muy dolorosa, por lo que es muy importante seguir las instrucciones que te entrega tu dentista tras el tratamiento realizado y vigilar que nuestros hijos no “muerdan” estas zonas mientras dura la anestesia (por lo general 2 a 3 horas).
Signos de alerta y control ante Traumatismo Dentoalveolar (TDA):
Independientemente del tipo de traumatismo, los controles son importantes para hacer seguimiento y ver si hubiese algún cambio que nos indique algún tipo de problema en el diente o hueso y si estos afectan o no al diente permanente en formación (en el caso de niños más pequeños que sufrieron un traumatismo en sus dientes primarios).
Debemos estar atentos a:
- Cambio de coloración de la corona del diente con el paso del tiempo: si observamos que el diente se oscurece puede ser que el diente se esté necrosando (el “nervio del diente” esté perdiendo la vitalidad) por lo que es necesario ser evaluado en la consulta; o bien como es el caso de niños muy pequeños y con golpes no tan intensos, tenga un hematoma que desaparece con el tiempo.
- Si aparece una fístula (granito de pus tipo “espinilla” a nivel de la encía del diente) que nos muestra que el diente está sufriendo un proceso infeccioso como consecuencia del traumatismo.
- Si existe sensibilidad o dolor cuando el niño mastica o a frente a cambios térmicos (calor frío), lo que nos muestra que el golpe generó una respuesta en el “nervio del diente”.
- Si en el tiempo hay un aumento de la movilidad del diente que estaría relacionado a un daño en las estructuras de sostén del diente (hueso y/o ligamentos) o de la raíz del diente.
Cepillado de dientes:
Los niños son muy pequeños y necesitan de tu ayuda para lograr un cepillado eficiente! Por lo que es responsabilidad de los padres y/o cuidadores realizarlo hasta los 8-10 años. Recordemos que el cepillado debe realizarse mínimo 2 veces al día por 2 minutos y que es recomendable no enjuagarse la boca luego de éste (esto es especialmente importante en el cepillado nocturno).
Tips para incentivar el cepillado:
- Actitud positiva y lúdica para transmitir que cuidarse los dientes es una buena experiencia.
- Cepillo se ubica entre la encía y el diente.
- Levantar el labio para visualizar todos los dientes y chequear que eliminamos la placa bacteriana.
- Contar 1,2,3 por cada diente, utilizar distracción.
- Hazlo frente al espejo, puedes hacerlo al mismo tiempo que ellos para que “imiten”, eso tiene un fundamento científico de la “neurona en espejo”.
- Tener dos cepillos, uno para que juegue y otro para que tú repases.
- Hacerlo en diferentes lugares, el baño como prioridad, también puede ser en la cama, en su silla de comer, en su sala de juegos etc.
- Utilizar música, refuerzo positivo. Escucha aquí
Pastas y cepillos:
Todos los niños deben usar pasta dental desde 1.100 ppm (partes por millón) de flúor desde la aparición del primer diente hasta los 3 años (aproximadamente), la cantidad adecuada de pasta es de medio grano de arroz, a partir de los 3 años o cuando ya controlen la deglución (tragar), la dosis indicada es la del tamaño de una arveja, siendo siempre supervisado por un adulto.
Ejemplos de pastas con esta concentración hay muchas en el mercado, en la siguientes imágenes puedes ver la cantidad de flúor, para ver ejemplos de pastas puedes acceder al siguiente link de nuestro mercadito aquí.
Con respecto al cepillo este debe ser suave, mango recto, cabezal pequeño, colores motivantes. Puedes tener dos. Nosotros recomendamos algunos aquí.
Uso de seda dental:
Es muy importante limpiar correctamente esas zonas de los dientes que no podemos ver, como son los puntos de contacto entre muelitas donde se retienen restos de alimento y placa bacteriana. Es fundamental instaurar el hábito de limpiar entremedio de los dientes, un alto porcentaje de las lesiones de caries se pueden originar en esta superficie de los dientes, y cómo no lo visualizamos directamente es más difícil detectarlos. Nosotros recomendamos los aplicadores de seda marca Dentwell los cuales puedes comprar en nuestro mercadito ingresando aquí.
Consejos de dieta:
El azúcar es el principal factor de riesgo en la formación de caries por lo que tenemos que evitar/disminuir el consumo de alimentos ricos en azúcares y ácidos. Hasta los 2 años recomendamos CERO AZÚCAR, y de manera muy selectiva hasta los 4 AÑOS. En esta etapa están madurando las papilas gustativas, si fomentamos el consumo podemos desarrollar una mayor inclinación al azúcar, siendo el azúcar un factor de riesgo para caries y otras enfermedades metabólicas.
Tips para una dieta saludable:
- Fomentar consumo de agua: una botella motivante, agregar pedacitos de frutas.
- Evitar Consumo de dulces y golosinas, bebidas, queques y colaciones de consistencia blanda y adherente que se quedan “pegados” en los dientes.
- Evitar asociar el consumo de golosinas a un premio o recompensa por un buen comportamiento o logro. ¡Regalemos experiencias!
- Solo una colación por jornada, cuidando las porciones.
Uso de Mamadera:
El uso de mamadera de manera prolongada es considerado un mal hábito y se asocia a la aparición por ejemplo de alteraciones en la mordida. El mal hábito de lactancia prolongada lo debemos diferenciar en: nocturno o durante el día.
Diurna: El uso de mamadera es un hábito que debemos eliminar antes de los 3 años (idealmente a los 2 años) debido a que no solo aumenta el riesgo de desarrollo de lesiones de caries, como mencionamos anteriormente, sino que se asocia a alteraciones en la mordida y posición dentaria.
Nocturna: está indicada idealmente hasta los 18 meses (excepto que su pediatra le indique continuar por motivos nutricionales). A partir de esta edad, aumenta el riesgo de desarrollar lesiones de caries debido a que se crea todo el medio ambiente necesario para esto: ph bajo y ácido, restos de leche con carbohidratos fermentables, disminución de la saliva que nos protege de las caries.
Tips para transición de uso de mamadera a vaso
- Cuando tu hijo haya dejado la Lactancia Materna, evalúa si es posible evitar la mamadera y reemplazarla por un vasito con tapa para el consumo de líquidos (agua o leche), así reducimos el hábito de succión durante la alimentación.
- En caso que aún tome leche en mamadera, podemos agrandar el orificio del chupete para que el niño se demore lo menos posible en tomar su leche (1- 2 minutos) y no se quede “regaloneando” con ella en la boca mucho tiempo. De esta forma la mamadera será solo un vehículo que facilita la alimentación, no un objeto de apego.
Tips Eliminación de mamadera
- Explicarle que acumula suciedad, hongos y deforma la boca.
- Explicarle que hay una edad para la mamadera, al crecer se debe dejar de usar.
- Decirles que «Se lo vamos a regalar al Ratón Pérez» Y dejarles un premio debajo de la almohada.
- Comprar un vaso de transición con algún dibujo animado que los motive. Existe la marca Munchquin 360 miracle, que tienen la misma función práctica de la mamadera y es antiderrame, pero no ejerce presión sobre las estructuras óseas.
- Hacer un calendario de días sin mamadera, al cumplir tres días completos darle un premio (no dulces; preferir juguetes/stickers/paseos entretenidos).
Mal Hábito de Succión Digital:
Este es un hábito que se puede desarrollar desde muy pequeños, incluso desde la etapa de crecimiento y desarrollo intrauterino, y que se relaciona a un componente emocional importante en los niños generando una sensación de contención y tranquilidad.
El problema es que puede generar alteraciones en el crecimiento y desarrollo del paladar y maxilar, como por ejemplo una compresión maxilar que es un menor crecimiento en el ancho del paladar; o manifestarse como alteraciones en la mordida como por ejemplo la mordida abierta y mal posiciones dentarias.
De todos los malos hábitos de succión la digital es la más severa ya que el dedo ejerce una fuerza “activa” y presión sobre el paladar, además de poner la lengua en posiciones anómalas.
Tips para eliminar el mal hábito de succión digital
- Distracción, utilizar otro tipo de objetos o actividades cuando observen que su hijo lo está realizando. Jugar con ellos.
- Explicarle que al chuparse el dedo introduce “bichos y bacterias” en su boca que pueden hacer que se enferme.
- Mostrarle fotos y explicarle que se genera un daño y deformidad en sus dedos y en el crecimiento normal de su boca y cara.
- Usar esmaltes con mal sabor que venden en farmacias (ej. Pamela Grant) para facilitar que retire el dedo de la boca.
- Realizar una “manicure” o dibujo en sus uñas, que le guste y que tenga que cuidar.
- Ponerles algún “parche curita” bonito en el dedo y decir que debemos cuidarlo.
- Existen aparatos ortodóncicos fijos “contra succión” que se pueden poner en la boca, pero debe ser indicado e instalado por un especialista.
- Usar un objeto o juguete de apego que ayude a entregar la contención emocional que buscaba en el dedo.
- Evaluar el uso de dispositivos como el TGuard en caso de que el niño presente la cooperación suficiente para su uso.
- Existen otros métodos “caseros” o alternativos para restringir la succión digital los cuales se pueden evaluar en conjunto con los padres y adaptar a cada paciente de acuerdo a su rutina y momentos/circunstancias en los cuales realiza el mal hábito.
Onicofagia y Bricofagia:
La onicofagia es el mal hábito de comerse las uñas y bricofagia el de comerse o sacar los “cueritos” alrededor de éstas. Este mal hábito ejerce presión sobre huesos, dientes y articulaciones, lo que puede originar problemas como desgaste dentario, problemas articulares o maloclusiones (alteraciones en la mordida).
Dentro de las estrategias recomendadas indicamos las siguientes:
- Uso de esmaltes saborizados (mal sabor) y/o esmaltes de colores o decoración en uñas estilo “Manicure” que al niño/a le guste y quiera cuidar.
- Limar las uñas tras cortarlas (y realizarlo con mayor frecuencia)
- Usar un recordatorio (alarma, marca en la mano…etc.) para recordar y concientizar el mal hábito y evitar su realización.
- Incentivar actividades o juguetes que desvíen la atención y sirvan para cambiarlos por el mal hábito, por ejemplo usar una pelota antiestrés o sensorial para apretar con las manos.
- Explicarle que al comerse las uñas introduce “bichos y bacterias” en su boca que pueden hacer que se enferme.
- Explicarle y mostrarle fotos de los daños que genera en sus dedos, cara y dientes.
- Evaluar con tu odontopediatra alguna otra técnica que se adapte a las necesidades de tu hijo.
Uso prolongado de chupete:
El uso del chupete en niños pequeños contribuye a calmar el reflejo de succión y a prevenir casos de muerte súbita. Aún así debe usarse sólo como pacificador, es decir para calmar al niño en momentos de pena o estrés y tras esto retirarlo. Es importante eliminarlo idealmente a los 2 años, ya que después de esta edad puede generar alteraciones en el crecimiento y desarrollo de los huesos maxilares y paladar ocasionando problemas de mordida o maloclusiones que pueden llegar a ser permanentes si no se elimina a tiempo.
Tips Eliminación de chupete
- Evitar los “porta chupetes”; es preferible que cuando el niño lo necesite lo tenga que pedir y no lo tenga a su libre disposición.
- Explicarle que acumula suciedad, hongos y deforma la boca.
- Explicarle que hay una edad para la chupete, al crecer se debe dejar de usar.
- Decirles que «Se lo vamos a regalar al Ratón Pérez» Y dejarles un premio debajo de la almohada.
- Regalarlo, hacer algo simbólico y familiar para que tu hijo “ceda y entregue” el chupete a alguien que lo necesita más (por ejemplo, a un hermanito/a en camino). A ellos les va a costar necesitan apoyo y contención de todos.
- Cortarle la punta al chupete, al tener un “hoyito” no cumple la función y se desmotivan porque la sensación les cambia.
- En caso que se les pierda el chupete, intentar no comprar otro de nuevo. Explicarles que el chupete ya no está y reemplazarlo por otra figura de apego (tuto, osito, etc).
- Hacer un calendario de días sin chupete, al cumplir tres días completos darle un premio (no dulces; preferir juguetes/stickers/paseos entretenidos).
Cualquiera sea la alternativa que elijan, tengan presente que a ellos (casi siempre) les va a costar, por lo que necesitan apoyo y contención de todos. Tengan paciencia; puede que el niñ@ esté más sensible y le cueste quedarse dormido, va a tomar tiempo, pero con cariño y dedicación se puede lograr. Si sientes que aún no es el momento apropiado, esperen e inténtenlo en un tiempo más ¡Ánimo!
Consideraciones en relación a otros hábitos a evaluar:
- Interposición de objetos: Es considerado siempre un mal hábito, cuyos efectos son similares a los de onico y bricofagia si el paciente sólo los muerde. Si los succiona debemos dar las mismas indicaciones que los hábitos de succión. Es importante recordar que en niños durante el proceso de erupción dentaria que introducen elementos para “calmar molestias” asemejándose a un mordedor no lo consideraremos un mal hábito, pero sí debemos guiar a los padres a mejores conductas y estrategias para calmar las molestias y elección de mordedores.
- Ronquido: el ronquido se considerará un mal hábito sólo cuando la vía aérea se encuentra permeable (no está resfriado, congestionado…etc.). Se debe ahondar en las posiciones al dormir (y oír el ronquido), que favorezca el despeje de la vía aérea. Se debe evaluar la necesidad de realizar una interconsulta al otorrinolaringólogo, pediatra u otros de ser necesario.
- Salivación excesiva: En lactantes en desarrollo de la dentición o durante la llamada fase oral no se considerará un mal hábito.
- Succión cítricos: Se considera un mal hábito cuando el paciente succiona de manera directa un cítrico, no el consumo de jugos o aliños cítricos. Aún así un alto consumo de cítricos debe ser consignado en la ficha clínica.
Aplicación de Barniz de Flúor:
El flúor es una de las principales herramientas para prevenir y detener lesiones de caries incipientes o que están comenzando, esto debido a que el flúor puede detener la desmineralización del diente (formación y avance de la lesión de caries) y favorecer su remineralización (que se formen cristales en el esmalte dental).
Si tu hijo presenta lesiones de caries incipiente (“manchas blancas”) o por diversos motivos es considerado de alto riesgo para el desarrollo de caries te aconsejaremos la aplicación de barniz de Flúor cada 6 meses.
Esta aplicación cumple su objetivo si por un lado, el consumo de azúcar y carbohidratos fermentables disminuye, y la técnica de cepillado es realizada de manera adecuada con una pasta que contenga flúor (sobre 1.100 ppm de flúor) que ayude a mantener una buena salud oral.
La aplicación de barniz de Flúor se realiza en una concentración y cantidad lo suficientemente alta para detener el avance de una lesión de caries y a su vez lo suficientemente baja para que sea sano y sin ningún riesgo para la salud general.
Salivación Excesiva en lactantes:
Los niños a partir de los 2-3 meses de edad se encuentran en la “fase oral”, es decir, descubren el entorno llevándose todo a la boca, lo cual aumenta la producción de saliva.
Esta etapa finaliza alrededor de los 18 meses.
Sumado a ello, está el proceso de erupción dentaria a partir de los 5 meses y medio de edad, el cual termina alrededor de los 3 años, por lo que al niño/a, le “pican” constantemente las encías y para “rascarse” se lleva sus manos u otros objetos dentro de la cavidad oral. Como consecuencia de lo anterior, se produce más saliva y como pasa con la boca más tiempo abierta (al tener objetos interpuestos) la saliva sale de la boca y “babean”.
No está indicado utilizar ningún tipo de anestesia tópica (en crema) para aliviar posibles molestias durante la erupción dentaria ya que se ha demostrado que su efecto dura muy poco tiempo (3 minutos aprox) por lo que, para que tenga un efecto en el tiempo, habría que reaplicarla en reiteradas ocasiones durante el día. Estudios recientes han demostrado que el uso de este tipo de anestésico tópico puede producir Metahemoglobinemia, un trastorno sanguíneo que genera que la hemoglobina se vuelve incapaz de transportar el oxígeno de manera efectiva a los tejidos corporales pudiendo causar daños permanentes en el cerebro e incluso la muerte en casos muy severos.
Ideas para calmar la “picazón” de las encías:
- Pasarle al niño/a un juguete de plástico blandito y con relieves que pueda morder, que no le haga daño en su boca.
- Meter los mordedores o chupete un rato al refrigerador, sin que se congelen, así el frío les ayudará a calmar la inflamación.
- Consumir helados naturales sin azúcar (por ejemplo en base a frutas congeladas que podemos hacer en casa) que ayuden a calmar las molestias.
- Analgesia SOS con paracetamol según el peso del niño.
- Mantener una buena hidratación.
GLOSARIO:
Diastemas
Surcos profundos
Paladar alto/profundo
Desgaste dentario:
El tejido dentario es susceptible a desgaste y daños por agentes distintos a las caries, favoreciendo la pérdida de su estructura y haciendolo muchas veces más susceptible a la aparición y avance de la lesión de caries.
Estos desgastes pueden tener distintos orígenes, dentro de estos los más frecuentes son:
- Desgaste erosivo por ácidos: ocurre por un alto consumo de cítricos, medicamentos dulces, bebidas y aguas carbonatadas entre otros ,que favorecen la desmineralización y desgaste del esmalte dental. También ocurre en pacientes con Reflujo gastroesofágico, dado el contenido ácido de éste. Su tratamiento radica en identificar el factor causal y eliminarlo, además de ver la necesidad de derivar a otro profesional de la salud (por ejemplo gastroenterólogo). Es muy importante asegurar un correcto cepillado de dientes, pero NUNCA de manera inmediata luego del eventual consumo de éstos o tras un episodio de vómito.
- Desgaste mecánico por trauma o interposición de objetos: malos hábitos como comerse las uñas y morder objetos generan roce y fricción sobre la superficie dentaria lo que favorece su desgaste o a veces fractura. Muchas veces estos hábitos se asocian también a la aparición de maloclusiones (como mordida abierta) y alteraciones en la posición de dientes.
- Desgaste por apriete y rechinamiento dentario: el apriete y rechinamiento dentario puede ocurrir en el día, como por ejemplo durante momentos de concentración o tensión, o de manera involuntaria al dormir. Las causas de esto son muchas y a veces está asociada a Bruxismo (poner como link) o problemas respiratorios y ronquido. Es importante identificar los momentos en que ocurre, tratar de concientizar el hábito (para no realizarlo) y ver que otras asociaciones tiene con factores emocionales, consumo de medicamentos u otras patologías. Es por esto que cada paciente se evalúa de manera particular. En el caso de niños pequeños en proceso de erupción de los dientes este apriete y rechinamiento puede relacionarse a un movimiento exploratorio de su propio cuerpo por lo que solo mantenemos en control.
Surcos profundos:
Los surcos son los “caminitos” que se observan en la superficie oclusal o “parte de arriba” de molares y premolares, formando parte de su anatomía normal. En la mayoría de los casos estos son profundos y retentivos, es decir favorecen que el alimento se adhiera y quede retenido ahí, lo que genera una mayor probabilidad de acúmulo de placa bacteriana y por lo tanto aparición de caries. Recomendamos evaluar con tu odontopediatra la necesidad de realizar sellantes, los cuales actúan como una barrera mecánica impidiendo que los alimentos se retengan en los surcos de los molares y así no se desarrolle una lesión de caries.